El papel del arquitecto es sumamente esencial ya que la legalización de una vivienda es dejar constancia legal de que se haya construido. Por lo que es el ayuntamiento el que debe aceptar su legalidad. De ahí que la responsabilidad de regularizar resida en el arquitecto.
Así, el trámite sólo consta de documentos técnicos que son competencia directa de un arquitecto.
Otro rasgo a destacar y a tener muy en cuenta es que no es el arquitecto quien legaliza la casa. Sino quien proporciona la documentación técnica al propietario para que éste solicite su regulación al Ayuntamiento.
El procedimiento se gestiona a través de un expediente de legalización. Este acredita la existencia legal de la edificación y su adecuación a la normativa municipal.